En 1989 la segunda victoria de Ari Vatanen en el Rally París-Dakar se esfumó cuando le robaron su Peugeot 405 T16 del vivac.
La historia del París-Dakar está llena de anecdotas legendarias. Es una historia forjada con el esfuerzo de gigantes del mundo del motor, pero también por también por la de quienes se han querido aprovechar o perdicar a esta prueba de resistencia increible.
En el año 1987, el finlandés Ari Vatanen se proclamaba campeón del Rally París-Dakar a los mandos de un Peugeot 205 T16. Un Grupo B que Peugeot utilizó como presentación en su primera participación como equipo oficial, através de los 13.000 km que recorrieron Francia, España, Argelia, Níger, Malí, Mauritania y Senegal; del 1 al 22 de enero.
En la siguiente edición, en 1988, Peugeot decidió luchar por repetir la victoria, que tan buenos resultados comerciales le ofreció. Para apostó por participar con una evolución del 205, el Peugeot 405 T16 Grand Raid pilotado por Ari Vatanen. Era la única unidad que enviaban al Dakar, el resto de los vehículos oficiales era de nuevo el 205 T16 con Juha Kankkunen a los mandos.
Durante el transcurso de la prueba se produjo un intenso y curioso duelo entre el Peugeot 405 T16 de Ari Vatanen con un inesperado DAF FAV 3600 Turbo Twin del holandés Jan De Rooy. Se vivieron escenas irrepetibles, que en la actualidad no se pueden dar, como la del DAF adelantando al Peugeot, a más de 200 hm/h sobre la arena del desierto. De Rooy finalmente se retiró y no alcanzó la meta en Dakar, pero llegó a liderar la general por delante de Vatanen.
El robo del Peugeot 405 T16 en el vivac
Pero el inicidente más extraño estaba por llegar. Ari Vatanen era lider en la general a más de dos horas sobre su compañero de equipo, el bicampeón mundial de rallyes, Juha Kankkunen. Ya en Bamako, Mali, al finalizar los 676 km de la etapa del día, todos los vehículos estaban al resguardo del vivac.
Sobre las 4:00 de la madrugada, varios testigos alcanzan a sentir que en la zona donde se encuentra el Peugeot 405 de Vatanen se producen movimientos de personas y el encendido del motor. Al poco rato, ven como el Peugeot sale del vivac. Nadie de los presentes se plantea nada extraño, se imaginan a los mecánicos trabajando para realizar algun ajuste y que necesitaban sacar el coche para un shakedown. Pero el tiempo transcurría y el vehículo no regresaba. Es entonces cuando saltan las primeras alarmas: el coche del lider del París-Dakar había sido robado.
Jean Todt, que era en esos años el jefe de la escudería Peugeot, recibió una llamada a las 7:30 de la mañana en el hotel. le exigian 25 millones de francos CFA para recuperar el vehículo. Se desconoce si Peugeot accedió a pagar el rescate exigido, pero el 405 apareció en un descampado cerca del aeropuerto de Bamako, sin rastro de los ladrones.
El coche volvió al vivac, aunque Vatanen no pudo salir hasta media hora más tarde de la prevista para la salida, fuera del tiempo reglamentario. Fue sancionado con la descalificación de cinco etapas contadas desde el final del Dakar. Esto provocó su salida de los primeros puestos de la general y la cesión a su compañero de equipo, Juha Kankkunen del liderato y posterior victoria del Rally París-Dakar, única de toda su carrera.
Esta singular historia se completa con la versión no oficial. Los rumores apuntan a que el secuestro nunca sucedió, que efectivamente fue personal de Peugeot quien sacó el coche del vivac esa noche. El objetivo era ocultar un problema mecánico que, bajo criterio de la marca francesa, perjudicaría sus objetivos comerciales para el 405. Por ese motivo ocultaron el coche hasta pasada la hora reglamentaria de salida, para forzar la descalificación.
Seguramente nunca podremos verificar si esta historia del autosecuestro es cierta Aunque quien sabe, puede que unas memorias de Jean Todt ofrecieran luz a todo esto.